Transcribimos una nota publicada por nuestro referente, en el Diario local “Actualidad”:
La gratuidad que no molesta, y el relato más vendido*
El mayor logro de la hegemonía liberal es haber instalado la idea de que las clases que viven del Estado son las bajas. Este “sentido común” creado es un tema de debate recurrente, y en la etapa actual de desarrollo con distribución del ingreso que se persigue, lo seguirá siendo por un buen tiempo.
La idea, que constituye un verdadero relato (liberal), es muy sencilla y de fácil reproducción, que dice más o menos así: El gasto público, fundamentalmente el que va a las clases bajas, catalogados peyorativamente como “planes descansar” en sus distintas variantes, son financiados con los impuestos que pesan sobre los trabajadores; entonces tendríamos personas totalmente aptas para el trabajo que se quedan en el ocio por este mecanismo y por supuesto, a los trabajadores cargando sobre sus esfuerzos esa fiesta.
Se podrían agregar decenas de variantes que circulan, pero se tornaría inútilmente largo, y la base ya esta clara, muy clara, basta recordar que unos de los «influencer» liberales más populares últimamente como Javier Milei, no dice otra cosa que no sea esa, quizá le agrega varios insultos adelante y atrás, pero es lo único que en concreto dice.
Antes de pulverizar esta idea falaz, que constituye el principal veneno divisor entre los trabajadores, es necesario mencionar datos para que el populismo demagógico liberal deje de vender humo y se haga cargo de una vez por todas, cuando el Kirchnerismo comienza en el año 2003, existían 2.300.000 planes Jefes y Jefas de Hogar, cuando se va en diciembre del 2015 apenas sobrepasaban los 200.000. Y no fue magia, se redujo gracias a la generación de empleo formal.
Los planes, cuando llega el gobierno liberal de Mauricio Macri eran 207.117 (entre “Argentina Trabaja” y “Ellas Hacen”), para el 2018 esos planes treparon a los 467.979; los duplicó, y además el desempleo también aumentó. Destruyó hasta 100 pymes por día en su último año -que constituyen las principales generadoras de empleo- y cuando éstas fueron desesperadas a reclamarle, solo recibieron una respuesta: “Reconviértanse a importadoras”.
¿Hasta cuándo van a seguir hablando como si fuesen los dueños de la verdad? Como si hubiese una sola forma de solucionar las cosas, una sola forma de que los números cierren, no sólo en 4 años, en cada oportunidad que accedieron al gobierno hicieron desastres, empeoraron todos los índices, incluso éstos que siempre traen a colación. ¿Sabrán que fue Milton Friedman, el padre del neoliberalismo, monetarista estricto, el que inventó la “renta básica universal”?, una especie de sueldo universal para todos, que quien suscribe estaría bajo ciertas condiciones de acuerdo. Si se llegan a enterar que en la mayoría de las experiencia socialistas los impuestos de cualquier tipo contra los trabajadores no existían, posiblemente se bloqueen.
Así es, aunque anden con su “cassette” puesto para todas partes, lo cierto es que no hay una sola forma de financiar el gasto público (léase Educación, Salud y cualquier otro programa que en el momento sea necesario), puede haber empresas estatales y riquezas nacionales que financien todos los gastos públicos, como lo es en muchísimos países del primer mundo hoy en día, y que ni siquiera son socialistas, aunque esto abriría un hilo más, vale la pena mencionarlo para que el que tenga la mente un poco abierta, comience a evaluar otras posibilidades de financiamiento y no compre este discurso de pensamiento único liberal.
Nadie, ningún proyecto de gobierno serio se propone gobernar en base a planes, no lo plantea ninguna ideología, no existe; el debate y las diferencias que puedan existir pasan por otro lado, pero no en cuestiones tan básicas como ésta. ¿Entonces por qué echan mano de esta idea? Hay una desconfianza dogmática en el Estado por un lado, hay una manipulación con fines políticos y culturales, hay prejuicios, hay mediocridad, hay de todo un poco.
Los números deben cerrar siempre, eso está fuera de discusión, el punto es que deben cerrar con la gente adentro, como dijo Máximo Kirchner allá en el 2015.
Sin embargo, hay una gratuidad que parece no molestar a estos sectores (a pesar de que cuantitativamente son mucho más perjudiciales para que los números cierren que las otras que suelen mencionar): como la estatización de deudas privadas de grandes empresas, la condonación de deuda en la misma línea, la financiación pública de la fuga de capitales, la financiación pública de tasas de intereses desorbitantes que no existen en el mundo; son todas gratuidades “legales” que los sectores más pudientes han recibido; y que cuando trasladamos el quántum o equiparamos esos números a los números que se van en gasto social a los planes mencionados, el resultado se escapa de la comprensión fácil y sencilla.
Por ejemplo, alguien que puso durante el Macrismo cien mil dólares en lebacs, durante el transcurso de un solo año, sin producir nada, sin invertir en la “economía real”, recibió legal y gratuitamente, sus cien mil dólares de regreso, más el equivalente a recibir durante más de 100 años una asignación universal por hijo ($3.000), esa diferencia que se obtenía, con tasas delirantes de un 60% anual ó más, la pagamos entre todos.
Desde la estatización de deuda privada de grandes empresas en 1982, hasta las recientes condonaciones de deudas millonarias a empresas eléctricas y otras realizadas por el Macrismo, las gratuidades “legales” que reciben las clases altas parece ser una constante; (vale mencionar que este fenómeno no es exclusivo de Argentina, es exclusivo del capitalismo en esta fase, recomiendo la película “Wall Street 2: el dinero nunca duerme”).
Esto solo por mencionar las “gratuidades” millonarias y “legales”, ya que son irrefutables y estuvieron a la vista de todos, si hacemos los números en fino, y comparamos nuevamente los montos entre éstas y las otras; resulta que tendríamos siglos de planes “descansar” para toda la población Argentina. Y otra gran diferencia, es que la distribución hacia abajo reactiva la economía, el productor, comerciante, trabajador no alcanzado por alguno de esos beneficios, debe entender que el peso que le pueda llegar a sobrar al pobre, va al mecánico, va a la ferretería, va a la tienda de ropa, va al que repara cosas, va al corralón de materiales, a la regalería, va al peluquero, etc, etc; no se va al exterior, a Panamá, ni a la timba financiera.
¿Se imaginan escuchar en la cola del supermercado que éstos delitos económicos contra la población no prescriben nunca por ser violatorios de los derechos humanos? Leer en los grupos de Whatsapp un enojo visceral contra estos sectores que nos condenaron por siglos a pagar una deuda externa ilegítima, escuchar en un círculo de amigos que corresponde el recupero de todos esos activos obtenidos ilegítimamente a costa del pueblo. Suena utópico sí, pero así sonaría un pueblo trabajador no alienado por las falacias liberales.
Ya que si vamos a tener que cerrar los números, es lógico que se debería comenzar por los problemas más grandes, ajustar por los más débiles es una idea que la mayoría de los argentinos no comparte, por eso quizá mencionan la idea de recuperar la violencia del Estado, para poder aplicarlo con represión.
Pero no funciona, no le funcionó a Macri, y no tiene que ver la magnitud de la represión, porque vemos que en Chile tampoco funcionó la represión y fue tremenda, lo mismo en Colombia, y por estos días estamos viendo lo mismo en Francia, no funciona sencillamente, porque aunque suene a “frase hecha” a “slogan”, es verdad, el pueblo despierto es invencible y no hay represión que sirva.
Ahora se quejan del impuesto por única vez a los muy ricos, una recomendación que ya se usa hace años en el mundo, y hasta el mismo Bill Gates la reivindica como impuesto permanente; incluso dicen “que desalienta las inversiones”, pero sin embargo, dicho impuesto es sólo para personas físicas, no para empresas, por ende, a las empresas les resulta indiferente la existencia de dicho impuesto, y gracias al Kirchnerismo nuestra legislación incorporó la posibilidad de constituir sociedades unipersonales, justamente para el desarrollo de inversiones.
¿En qué momento nos empezamos a ir al carajo? Toda cuestión social y política es un proceso, y es fundamental tomar conciencia de ello, porque la impaciencia destruye los más elevados propósitos decía Confucio, crear empleo genuino, mejorar todos los índices sociales, son procesos, no se logran de un día para otro, no se pueden tirar fotos sobre la mesa en estas cuestiones, hay que ver las películas completas, de dónde se viene y dónde se está.
Pero ya que a los procesos históricos se le pone fecha, podríamos decir que este discurso único neoliberal instalado nos empezó a llevar al carajo en aquel discurso de Martínez de Hoz, que decía: “Hemos dado vuelta una hoja del intervencionismo estatizante y agobiante”, matando a la economía real, la productiva, y sentando las bases para la especulación financiera; que no es casual, era la época en que el neoliberalismo ascendía en el mundo.
Y más allá de la primavera Kirchnerista, lo cierto es que si en algún momento queremos despegar de verdad; debemos dejar de darle tanta importancia a éstos sectores anti-peronistas, anti-comunistas, gurúes del liberalismo y terraplanistas del monetarismo estricto. Ideas que fracasaron en todos los países en vías de desarrollo.
Un relato, no es cualquier teoría o idea que circule, un “relato” -en el sentido que decía Fukuyama al menos- es cuando una idea no se corresponde con la realidad; por ende, no es relato cuando sí se cumplen los postulados de esas ideas en la realidad, objetivamente determinada.
Más allá que el propio Fukuyama se desdijo años posteriores, la idea de “la muerte de los grandes relatos”, de “el fin de las ideologías”, es algo que los nostálgicos liberales desean aferrarse con todas sus fuerzas, porque ven que la cruda realidad hace añicos lo que consideraban un triunfo.
Se dice que el comunismo era uno de esos relatos que ya “no va”, sin embargo, para bien o para mal, se escucha hablar de comunismo en todos los programas de contenido político en pleno 2020 ¡Que lejos quedaron aquellos años donde éste ya “no existía”! ¡Hoy “no existe” pero se lo menciona en todas las marchas opositoras!
Karl Marx decía en “El Capital” que no solo padecemos el capitalismo, sino que padecemos la falta de capitalismo en las economías subdesarrolladas -y no menciono esto para decir que este gobierno sea “comunista” ó “socialista”, desde el día uno los comunistas sabemos que votamos un gobierno capitalista que busca cierta distribución del ingreso, porque la otra opción real era el capitalismo salvaje y saqueador-, pero sí, eso decía Karl Marx.
Lenin, el de la “Gran revolución de octubre”, en la NEP de 1922 llama a inversores privados extranjeros para que sean parte del desarrollo de la Unión Soviética, país que alcanzó el desarrollo y llegó a ser superpotencia en tan solo 20 años, partiendo de condiciones semifeudales, y a diferencia de los países desarrollados capitalistas que tardaron 200 años, la URSS ni siquiera tuvo colonias, ni superávit comercial con sus aliados; la subdesarrollada Cuba también, ya desde mucho antes de la disolución de la URSS, tenía el mismo criterio. Desde los años 70, Cuba busca inversores privados, que gracias al bloqueo criminal de los EEUU nunca obtuvo. ¿Pero si el socialismo es un “fracaso”, para qué la existencia del bloqueo?, ¿Para qué el saboteo constante contra dichas experiencias?, ¿Para qué darle la “excusa” a los cubanos de mencionar al bloqueo como el culpable? Si están seguros que el “socialismo es un fracaso” ¡No le den excusas y levanten el bloqueo!
La disolución de la URSS sin duda fue un cimbronazo, pero no fue lo que la propaganda triunfalista de occidente hizo rodar. ¿Menciona dicha propaganda que en un referéndum la población voto en un 76% por su continuidad? El fenómeno multicausal puede verse bastante objetivamente en el documental “La Doctrina del Shock”, lo importante es mencionar que una de las principales causa -más allá de todos los errores que debían rectificarse- fue perder la batalla de ideas.
Creo que el verdadero relato más vendido es el capitalista, hoy en crisis en todo occidente, y en los mismos Estados Unidos, 40 millones de indigentes y una de las sociedad con los lazos sociales más disgregados; y por otro lado, la versión oriental del socialismo que ya no pueden ocultar por más esfuerzo que hagan, China con su versión de socialismo con características chinas, se convirtió en la economía más grande y eficiente del mundo, en sólo 15 años usó más cemento que EEUU en todo el Siglo XX, es un monstruo del desarrollo, y les falta nada para erradicar la pobreza ¡Malditos comunistas chinos que nivelan para arriba y quieren que todos sean ricos!
Que buen ejemplo el de China para cerrar la grieta entre los pobres, trabajadores y productores, existe la empresa privada, nacionales y extranjeras, hay un libre-mercado guionado por planes quinquenales del Partido de los Trabajadores; eso sí, las megaempresas son todas del Estado, no hay en China ninguna empresa privada capaz de condicionar o extorsionar el rumbo decidido por el Gobierno (¡Como debería suceder según la “teoría” en cualquier modelo!), los pilares fundamentales de la Economía, como la energía, la infraestructura, etc; todos bajo control estatal, es que respecto a este punto sinceramente me pregunto: ¿Habrá algún liberal que crea realmente que el libre mercado puede existir a nivel macro? Porque seguidores de Milei, no me quedan dudas que lo creen; pero los liberales de antaño ¿Lo creen posible? ¡Eso sí que es aferrarse a un relato! ¡Se suponía que los “ilusos soñadores” éramos nosotros!
El libre mercado puede funcionar y funciona, cuando hay 100 albañiles ó 100 peluqueros que te están ofertando lo mismo, pero es ingenuo pensar que ante monopolios o oligopolios que se crean naturalmente pueda funcionar, incluso con leyes que traten de evitarlos; cuanto antes lo comprendamos, más rápido vamos a ir despegando.
Los productores de la economía real, los trabajadores todos; deben tomar nota, y le agregaría tomar partido, porque los gurúes que vienen con espejitos de colores estarán ahí siempre presentes, listos para volver a cerrar 100 pymes por día, para aplastar la economía real, para disparar el desempleo, para aumentar sus ganancias a costa de los negociados con el Estado, en fin, para empeorar todos los índices económicos y sociales.
*Alejandro Balbi, Abogado UNLP, con seminario sobre “La deuda externa argentina: Aspectos históricos, jurídicos, financieros internacionales, monetarios y su relación con los Derechos Humanos”, Posgrado de Derechos Humanos – en Flacso; Profesor de Economía Política, Derecho, Política y Ciudadanía; referente local del Partido Comunista (C.E.) – Frente de Todos