La Revolución de Octubre de 1917, partió la historia de la humanidad en dos.
En 1917 se consagró la Revolución Rusa, y aunque sean un instante en la historia de la humanidad, no es cualquier instante.
No fue cualquier instante. Sino un instante trascendental que cambió definitivamente el curso de la historia, desde las sociedades explotadoras a la construcción de la sociedad socialista sin explotadores ni explotados. De una sociedad que liberara al hombre de todas las cadenas de todos los regímenes sociales anteriores.
Por eso, como se dice muchas veces, la Revolución de Octubre partió en dos la historia de la humanidad. No fue fácil. Tenía que estar Lenin. La Revolución de Octubre y Lenin son indivisibles. Porque Lenin entendió el marxismo de la nueva era y lo desarrolló en la teoría y en la práctica. Con su teoría del imperialismo como la nueva etapa del desarrollo capitalista desentrañado por Marx. Con su Teoría del Partido, del Estado y la Revolución, y con la práctica creativa de llevar adelante la revolución cuando muchos no creían que fuera posible.
Sin embargo, la Revolución de Octubre triunfó y por primera vez estableció en el mundo, y en el país más grande del mundo, el primer Estado de obreros y campesinos.
Hubo que remontar las secuelas de la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Fue trágica la guerra imperialista a la que se opuso Lenin y los comunistas en aquellos años. Hubo que remontar la guerra civil desatada por la reacción interna. Hubo que derrotar la intervención de 14 potencias imperialistas que pretendieron ahogar en sangre al niño en su cuna. Y el Partido Bolchevique, Lenin y el Ejército Rojo los derrotaron. Los derrotaron y construyeron el socialismo no solo en Rusia, sino en lo que al poco tiempo sería la Unión Soviética, formada por la unión voluntaria de repúblicas que Constituyeron ese gran país.
Vendría la lucha contra el analfabetismo, la erradicación del analfabetismo, la creación del primer sistema de salud pública gratuita del mundo, la electrificación, la industrialización, todo un proceso gigantesco de la mano de la conducción de Lenin, del Partido y del proletariado soviético.
Fue una proeza histórica de magnitudes inigualables. Pero claro, el enemigo no descansa nunca, y siempre van a tratar de volver a golpear. Y se preparaba el fascismo en Europa, variante del mismo imperialismo. La variante más salvaje, más cruel, más despiadada, pero el mismo imperialismo.
Hay que recordar que todas las democracias occidentales bancaron el surgimiento del nazismo y del fascismo para atacar a la Unión Soviética. Y fueron de nuevo el Ejército Rojo, el Partido Bolchevique y el pueblo soviético los que derrotaron al nazismo en la Segunda Guerra Mundial.
Desde un 7 de noviembre también, de 1941, cuando Stalin dirigió su discurso a las tropas soviéticas en la Plaza Roja, cuando los nazis estaban a las puertas de Moscú, y los convocó a la lucha y a la victoria, la resistencia pasó a ser contraofensiva. Resistió Leningrado, resistió Stalingrado, resistió Moscú y la contraofensiva terminó en Berlin. Y los comunistas de la Unión Soviética derrotaron al nazismo y liberaron a la humanidad de esa barbarie, eso no se puede olvidar Eso no se debe olvidar y hay que reivindicarlo siempre.
Mientras tanto, claro, siempre hay quienes hacen el trabajo de zapa. Ya había estado Trotsky saboteando y desestabilizando la Revolución Rusa cuando el nazismo se preparaba para atacarla. También fue derrotado por el pueblo soviético y el Partido Bolchevique. Se ganó la Segunda Guerra Mundial. Y el proceso de industrialización, de desarrollo tecnológico, la carrera espacial, el primer satélite, el primer hombre en el espacio, la primera mujer en el espacio, las primeras estaciones orbitales, los primeros vehículos automáticos viéticas planetas, todos fueron obra del socialismo y la Unión Soviética. Fueron obra de Octubre. Fueron obra del legado de Lenin.
Después, claro, siempre hay problemas. Muchas veces creímos que la historia era irreversible. La historia está hecha de marchas y contramarchas. Y pasan cosas, que ahora vemos. Pero mientras tanto, con la teoría del imperialismo de Lenin, el marxismo se ha convertido en el marxismo-leninismo. El marxismo de nuestra época se expandió por el mundo. Ya no solo para la Europa civilizada del siglo XIX sino a todos los confines del mundo.
Por eso la Revolución Popular China, la Revolución Cubana y la victoria heroica de Vietnam son hijas de Lenin y de Octubre. Y todos los movimientos de descolonización de Asia, África y América Latina. Todo el proceso de lucha de liberación nacional en todos los continentes del mundo son hijos de Lenin y de Octubre.
Hasta me atrevería a decir que el “Estado de Bienestar” de la socialdemocracia europea y otras formas de aplicación del modelo de capitalismo keynesiano en el mundo, también fueron posibles porque existía la Unión Soviética, porque existía el campo del socialismo. Porque existía como presión para que la burguesía hiciera concesiones, aunque muchos no lo entendieron o no lo quisieron entender. Pero ya están entendiendo que, una vez que pasó lo que nunca hubiéramos querido que pase, como dijo Fidel, que la Unión Soviética de un día para otro dejara de existir como tal, fue una catástrofe geopolítica mundial.
Pero eso fue un retroceso, una derrota transitoria. La historia sigue y la lucha continúa. Y nos paramos a resistir la oleada de esos años. Y la historia nos demuestra que la historia sigue y que hoy ese mundo unipolar, hegemónico, del imperialismo norteamericano que quiso determinar el fin de la historia, está puesto en jaque nuevamente. Porque lo que está avanzando hoy es la multipolaridad. Una nueva multipolaridad global donde Rusia, China y muchos otros importantes países están jugando un papel determinante.
Y aunque existan las marchas y contra marchas, la historia seguirá siempre adelante.
Como dijo Fidel en 1992, en el peor momento de nuestra derrota y cuando Cuba estaba acosada por el “período especial”, por el doble bloqueo, por la caída de la URSS y todo lo que conocemos: “¡Viva la gloriosa y mil veces gloriosa Revolución de Octubre!” ¡Hasta la victoria siempre, camaradas!